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“El pueblo saharaui tiene la última palabra”

SUELMA BEIRUK:Si la comunidad internacional no presiona ahora con contundencia a Marruecos para que desista de su ocupación ilegal y para que entre en razón con sentido común, al final tendremos que ir a la guerra”



Hoy ha dado comienzo el juicio ante un Tribunal Militar contra 24 acusados por su participación en el campamento Gdeim Izik. Por ello, Suelma Beiruk, diputada saharaui en el Parlamento Africano, que estaba hoy de paso por Madrid, ha realizado unas declaraciones a RASD News en nombre del Frente Polisario, relativas a la decisión de dicho tribunal de aplazar el juicio hasta el próximo día 8 de febrero, tras una mañana compartida con nosotros de nervios, tensiones e impotencia ante las constantes noticias que iban llegando desde Rabat y desde el Sáhara Occidental, donde las fuerzas de ocupación marroquí han desplegado, una vez más, su brutal represión, con un alto balance de víctimas.
Suelma, como representante del Frente Polisario, ¿cómo valoras todo lo que ha ocurrido hoy, tanto en el juicio, en las manifestaciones de apoyo en Rabat y la represión en los territorios ocupados?
Esto no deja de ser más de lo mismo. Marruecos siempre se refugia en la mentira y en dilatar los procesos judiciales con intención de minar la paciencia del pueblo saharaui. Una vez más, esto demuestra la intransigencia del reino de Marruecos, en un juicio que ya de por sí es injusto, porque son civiles que no deben ser juzgados bajo ningún concepto ante su Tribunal Militar. Los 24 acusados han defendido su causa, que han sido encarcelados al amparo de la más absoluta ilegalidad, que han visto violados sus derechos humanos básicos, que han visto cómo han sido abatidos sus compañeros en el Campamento de la Dignidad – Gdeim Izik, en el que se reivindicaban derechos pacíficamente. Allí no tenían armas blancas, ni nada parecido a lo que trata de exponer Marruecos con inventos. Sólo tenían palos y piedras, nunca cuchillos ni esas cosas tremendas que dicen y que tratan de hacer creer a la comunidad internacional.
Incluso –continua_, lo que dicen sobre que han muerto miembros de las fuerzas de seguridad a manos de estos saharauis, no se sostiene, porque si fuera cierto que les han matado, habría que aplicar que fue en defensa propia, porque, de ser cierto _insiste_, lo habrían hecho con todo el genio y con toda la rabia que tenían los saharauis en ese momento en contra de las fuerzas de seguridad marroquíes, por haber sufrido un ataque brutal en su campamento, en una acción violenta exagerada y de madrugada. Si entre ellos se matan, ése es problema de los marroquíes, pero no es culpa de los saharauis.
¿Podría ser que esta decisión de aplazamiento y que la brutalidad con que se actúa desde hace días en las principales ciudades del Sahara Occidental ocupado denoten la debilidad actual de Marruecos?
Puede ser que estén débiles, pero nunca lo demostrarán. Los marroquíes siguen siendo los mismos, no cambian. No escarmientan, porque no aprenden de la trayectoria histórica de los juicios ilegítimos que han hecho o que han intentado hacer, juzgando a población civil ante un Tribunal Militar. Siempre se refugian en lo mismo, en mantener una política de dilatación del sufrimiento, en dar largas a los procesos judiciales basados en mentiras, en cargos falsos… La política marroquí esgrime siempre los mismos argumentos, amparándose en sus leyes… ¡Pero si allí no hay leyes, no existen! Sólo existe la ley del más fuerte, la ley de la dictadura del reino de Marruecos, que es quien dice unas cosas y hace otras diferentes.
Lo que ocurre _asegura Suelma Beiruk_ es que las cosas ya no se hacen como se habían hecho siempre en Marruecos, es decir, a puerta cerrada. Ahora no pueden actuar con total impunidad, porque, poco a poco, empiezan a participar y a estar presentes algunos observadores internacionales, pese a que aún hay demasiada gente que no está interesada en seguir lo que está ocurriendo en el Sáhara Occidental. Hoy en el juicio han estado defensores de los derechos humanos, extranjeros como observadores internacionales y saharauis que han acudido desde las zonas ocupadas.
¿Qué crees que ocurrirá el próximo día 8 de febrero? ¿Espera el Frente Polisario que se dicte una sentencia condenatoria para los presos políticos de Gdeim Izik?
En la realidad, es imposible que se pueda demostrar que estos presos saharauis, que llevan ya 27 meses encarcelados injustamente y en condiciones lamentables, sean verdaderamente los culpables. A esta conclusión no puede llegarse con pruebas contundentes, sólo si ellos siguen manteniendo su versión sobre tantas mentiras. Ahora bien, Marruecos siempre se inventa algún chanchullo, algún montaje para justificar sus acciones, como cuando asaltaron el Gdeim Izik. ¿Por qué lo asaltan a las cinco de la madrugada? ¿Por qué esta mañana en el juicio cierran la puerta y sacan a todos los observadores internacionales antes de anunciar un nuevo aplazamiento? ¿Por qué no les dejan que sean testigos de lo que hacen? Si estuvieran haciendo algo justo, algo transparente, no tendrían inconveniente en que los defensores de Derechos Humanos estuvieran presentes desde el inicio hasta el final de sus actuaciones. Que se atrevan realmente a demostrarle al mundo que están cumpliendo con la legalidad, a ver si pueden. Ellos no pueden ser claros, justos y transparentes, por eso dilatan en el tiempo los juicios y, en general, con nuestra lucha saharaui.
¿Cómo actúa realmente el Frente Polisario a nivel internacional cuando hay que denunciar acciones que violan los Derechos Humanos de la población saharaui en cualquiera de sus formas, incluido el juicio y la represión de hoy?
El Frente Polisario va a presentar, nuevamente, una denuncia bien organizada, argumentada y demostrada ante Naciones Unidas y ante diferentes organizaciones internacionales de Derechos Humanos, con el fin de demostrarle al mundo la brutalidad de la actuación marroquí con el pueblo saharaui y la cantidad de violaciones del Alto el Fuego que se producen a distintos niveles y en distintos ámbitos, sin que la comunidad internacional reaccione al respecto.
¿Se presentó denuncia formal por el tiroteo intencionado hacia los jóvenes que se manifestaron el pasado mes de diciembre frente al Muro de la Vergüenza?
Sí, por supuesto. De hecho, es la denuncia más reciente que ha presentado formalmente el Frente Polisario, aparte de la propiamente dicha de la ilegalidad de este juicio militar. Era una acampada pacífica que realizaron jóvenes saharauis, hombres y mujeres de entre 17 y 25 años, frente al Muro marroquí. Allí estaban acompañados además por una delegación de personas de la Plataforma de Amigos del Pueblo Saharaui del mundo entero, que han sido testigos de primera línea de que una manifestación pacífica fue recibida con disparos por parte de los soldados que custodian el muro. Marruecos argumenta que estaban armados y es absolutamente falso, porque lo único que portaban en las manos era su bandera y una reclamación justa basada en la reclamación de la celebración de un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental. El pueblo saharaui tiene la última palabra. Tirotear a los jóvenes con armas es una violación al Alto el Fuego que no puede caer en la indiferencia, como tantas otras denuncias que el Frente Polisario ha elevado oficialmente a las Naciones Unidas.
Una de las insistentes reclamaciones de la Causa es que la MINURSO – Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental_ disponga de competencias para actuar en casos de violación de Derechos Humanos de los saharauis. ¿Cómo valora el Frente Polisario su inacción durante esta flagrante violación del Alto el Fuego?
La MINURSO estuvo presente y, por ello, el Frente Polisario ha presentado una denuncia formal por su inacción y por su actitud. No sé si has visto esta manifestación pacífica a través del documental que han realizado los propios organizadores, pero en él se aprecia claramente cómo los jóvenes saharauis, furiosos, reaccionan abriéndose las camisas y avanzando a pecho descubierto contra el muro de vergüenza, del que están hartos ya, indignados por la situación del Sáhara y con el poder que ejercen tanto la policía como los militares marroquíes sobre la población saharaui. Se te ponen los pelos de punta viendo cómo ellos enfrentaban con valentía los disparos, porque ellos no le temen a la muerte. Gracias a la gente que les acompañaba, que tiraba de ellos, se evitó algo que pudo haber sido mucho peor. En ese momento, ellos preferían morir, entregar sus vidas a cambio de que unos cuantos saharauis pudieran llegar a vivir en libertad. La MINURSO, simplemente, no hizo nada. Eso no se puede consentir tratándose de una Misión Internacional de las Naciones Unidas.
¿Es consciente del Frente Polisario del grado de hartazgo de los jóvenes saharauis y de su cada vez más insistente reclamación de abandonar la resistencia pacífica y cambiar de estrategia a través del regreso a la lucha armada?
Entiendo que están hartos, ¡¡cómo no!! Todo lo que le sucede al Pueblo Saharaui ante la indiferencia del mundo es, como mínimo, para estarlo. Están cansados de esperar, hartos de promesas incumplidas, de mentiras de las Naciones Unidas y de que Marruecos ni cumpla ni se le hagan cumplir las resoluciones de la ONU. Ni los jóvenes ni el Pueblo Saharaui quiere seguir manteniendo esta situación. Marruecos está intentando jugar con nuestra paciencia, con nuestro carácter pasivo, con nuestra forma de ser y con nuestra política de resistencia pacífica, pero estoy segura de que nuestro pueblo no podrá seguir siempre en silencio y con las manos atadas. Actuaremos si no se busca y se encuentra una solución ya, que sólo puede ser fijar una fecha para la celebración del referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.
Es una reivindicación que hacen los jóvenes y todo el Pueblo Saharaui, ya. La paciencia tiene un límite y se acaba. Si no se consigue una solución, seguramente, por los jóvenes y por todos, tendremos que volver a la lucha armada para reivindicar nuestros derechos y nuestra tierra legítima. Y mira quién te está hablando, que soy una mujer, soy una madre, hermana, hija, compañera de quienes lucharon y podrían tener que volver a hacer la guerra. Por lo tanto, es duro decirlo, es muy duro que una madre diga que sí a una guerra, pero si no se toma más en serio la cuestión del Sáhara, si la comunidad internacional no presiona ahora con contundencia a Marruecos para que desista de su ocupación ilegal y para que entre en razón con sentido común, al final tendremos que ir a la guerra, sí o sí.
© Elisa Pavón

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